Pues Ana Hagopian nos deja en pena por simplones con su enfoque en las posibilidades del papel como materia prima para joyería con geniales resultados; sus piezas –que en su mayor parte son reciclables y con algún textil para dar balance- son muy orgánicos en su forma e ilimitados cuando hablamos de color.
Lo que me gusta es que son piezas divertidas y muy ponibles que al observarlas no te das cuenta de inmediato que están hechas de papel, pero ¿que hacer si en el camino llueve? ¿se disuelven las piezas? O peor aun manchan la ropa que llevas puesta…como últimamente no para de llover mis opciones al vestir giran en torno a la lluvia.





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