¿Somos realmente libres de escoger que vestir?

Ayer mientras decidía que libro seria el próximo en la lista de lectura, ya que estoy en el ánimo de leer algo entretenido, histórico, épico, lujoso y sobretodo ligero ya que la ultima novela que leí fue La Reina Estrangulada de la serie Los Reyes Malditos y después de eso el libro de técnicas de alta costura que mencione antes, realmente genial si les interesa la onda de la costura o el diseño (ya saben para poder dirigir a su costurera), yo trato de alternar entre un libro relacionado al diseño, joyería o costura y uno de ficción u otra cosa no relacionada a la moda para no aburrirme de leer, estaba contemplado adquirir En Compañía de la Cortesana cuando me encontré entre las fotos de un contacto de facebook el mas increíble “macaroon” de caña entre otros ingredientes

hecho me parece para el restaurante donde es pastelero –definitivamente me daré una vuelta por ahí a la mayor brevedad posible- y me puse a pensar en los coloridos y sabrosos “macaroons” de Laduree

lo que me hizo decidir a leer algo francés y después de algunos minutos de búsqueda en Amazon me llevo a Reina de la Moda: Lo que María Antonieta se puso para la Revolución

y después de leer los comentarios de quienes ya lo leyeron me decidí por este libro que será delicioso por lo que se ve de las criticas, la autora una académica analiza las decisiones que tomo la reina de Francia en cuanto a su apariencia no por pura vanidad como se cree pero a raíz de un deseo de superar las barreras que le eran impuestas por el protocolo donde solo era vista como una productora de herederos y decoración.
Me pareció totalmente actual e interesante sobretodo porque hace unos días me había topado con esta noticia de un tumulto en una universidad privada de Brasil y sobretodo enojada que al final fue la agredida quien fue expulsada (aunque después por presión externa restituida)

La historia me dejo triste al pensar que aun en esta época este tipo de cosas se den; seguro que su vestuario era totalmente inapropiado para asistir a clases ¿pero realmente justifica toda la conmoción y agresión que se dio?
Usamos nuestro estilo para expresarnos; transmitimos información y una actitud a través de lo que elegimos ponernos sin decir una sola palabra, a veces lo que transmitimos va en armonía con quien realmente somos pero otras veces no. Así que aunque no estemos concientes de que estamos comunicando debemos estar claros en que es un medio poderoso. En la era de las redes sociales –facebook, hi5- y los blogs estamos aun mas expuestos a los demás, sobretodo con entradas como “mi ropa del día”, algunas veces la respuesta es de respaldo y otras son puras criticas. Pero una cosa es comentar negativamente la apariencia de alguien en una foto (personalmente si no me gusta me lo callo antes que insultar a alguien) y otra muy diferente es agredirles física o verbalmente por que su ropa o estilo nos molesta. Cuantas veces no nos cruzamos en la calle con gente vestida de espanto con colores chocantes, ropa interior visible, jeans que parecen cortarles la respiración y restringirles el movimiento del cuerpo o lo que sea, lo mas probable es que los miremos con rostro espantado quizás hasta hagamos alguna mueca pero estas reacciones son personales y de ninguna manera invaden el espacio personal de quien nos causa la reacción. Así que la interrogante es si realmente somos libres cuando de nuestro vestuario se trata. Por que lucir apropiados a cada ocasión es en gran parte lo que nos rige por las mañanas. ¿Nos da miedo de ponernos alguna pieza por el que dirán? ¿Tenemos miedo a ser etiquetados? ¿Realmente podemos juzgar a alguien como caminadora de la noche por algo que tal vez simplemente sea mal gusto? ¿Podemos siquiera el derecho a sentirnos ofendidos por la ropa de los demás?
Después de tanto oscuro razonar acerca de las libertades del vestir y el doble estándar me acorde de mi futura compra y decidí inspirarme en cascadas de pastel y encaje, una búsqueda rápida en Google de la palabra Versailles y me encontré con estos cinco hombres (si hombres…las dos mujeres en la foto no son mujeres en absoluto) vestidos como miembros de la corte de Luis XIV después de consumir algún acido, una cura maravillosa para las melancolías de la moda. Lamento la larga entrada pero espero que las imágenes les hagan soñar con un mundo perfecto en el que si salimos a la calle en un bra, pantalones de canutillos, botas militares, un sombrero emplumado, guantes de opera y una bolsa plástica del mercado local a manera de cartera seremos admiradas por nuestro bravado!
Felices sueños mis amores.